La boda de Ibone y Ruben en Finca Ziarsolo - Bizkaia

Cada boda ha sido una página nueva en nuestro libro, una hoja en blanco que hemos llenado con la tinta de la dedicación y la pasión. Hemos bailado al compás de la demanda del sector, explorando nuevas sendas sin perder nunca la esencia que nos define. Como mariposas entre flores, hemos colaborado con talentosas wedding planners, floristas, fotógrafos, ilustradoras, maquilladoras, peluqueras y una amplia gama de proveedores que han convertido cada evento en un lienzo de creatividad.

PAREJAS

3/21/20241 min read

En el telar de nuestras experiencias, la Finca Ziarsolo se erige como un oasis encantado, un rincón donde la magia se entreteje con la realidad, y la maravillosa gestión de este espacio se convierte en un protagonista silencioso pero fundamental de las historias que capturamos con Corazón de Melón. Nuestra fortuna de haber conocido este lugar excepcional se cimentó en una editorial que trazó el inicio de una relación donde la excelencia y la calidad se convirtieron en sinónimos de Ziarsolo.

Ibone y Ruben, una pareja que se manifestó como un regalo en nuestra trayectoria, confiaron en nosotros desde el primer instante. En la timidez de sus gestos y la sinceridad de sus miradas, encontramos una conexión que trascendía lo convencional. Su deseo era claro: un equipo discreto que capturara la esencia de su amor sin forzar ninguna situación, una solicitud que aceptamos con gratitud y compromiso.

No hubo detalle que escapara a su atención, ninguna persona que asistiera al enlace quedó sin ser considerada. La generosidad de su espíritu se reflejó en la atención que prestaron a cada invitado, creando un ambiente acogedor que se extendía como un abrazo a todos los presentes. En la danza de la celebración, Ibone irradiaba una belleza deslumbrante, una luz propia que envolvía cada momento con una magia singular.

Ruben, con un brillo perpetuo en los ojos, trascendió la pantalla y tocó los corazones de quienes tuvimos el privilegio de ser testigos de su unión. Su mirada, llena de complicidad y amor, se convirtió en un eco emocional que resonó en cada fotograma, capturando la esencia pura de un amor que trasciende las palabras.